Compas de viaje.- Caminando por la calle había visto un póster del evento. Anunciaba que el acordeonista regio estaría acompañado de otros músicos o cantantes, entre ellos: Natalia Lafourcade, Pato de Control Machete, Benny Ibarra, Alex Lora y Eugenia León... Sonaba a que sonaría muy bien ¿no?
Upgraded seats.- Desafortunadamente el auditorio no se llenó ('desafortunadamente' para los que no llegaron, como con razón lo diría el Alex Lora, aunque en un lenguaje un poooco más florido...) Así que, como en un upgrading de economic coach a First class (que nunca me ha sucedido fuera del Auditorio Nacional), mi boleto de gayolísima se convirtió en uno de abajo.
Inicio del viaje.- Todo rico. Celso anima a la raza de compas chilangos con comentarios simpáticos pero sobretodo con su música. Aunque el Auditorio Nacional no es el lugar más apropiado para bailar, varios de los asistentes lo intentamos de algún modo. También hay quien canta, pero no muchos. Yo la verdad no me sé las canciones, así que nomás repito uno que otro corito.
Incidente inesperado.- Estamos como a la mitad del desfile de invitados cuando Don Celso anuncia el gran honor que siente al recibir en el escenario a una señorona... Ha llegado la hora de Eugenia, pienso... De qué tamaño será entonces mi sorpresa cuando ¡Señoras y Señores, con ustedes: Laura León! Yo todavía no acabo de creerme el tamaño de mi equivocación cuando ella ya está en pleno y enjundioso 'canto'...
¡¿Q-Qu-Quéeee?! ¡Ah, no! ¡Aquí hay gato encerrado y nos están haciendo los tamales de chivo! (gato y chivo con sendo dolor de pa-a-a-anza). Oh Lord! Una cosa es ver la súper divertida imitación de la amiga Vero de mi amiga Haydee y otra bien distinta estar esperando a Eugenia León y recibir a 'la tesorito'. Imagino que ha de ser como si compraras una supuesta artesanía y más tarde encontaras la etiquetita de 'made in China'.
Pos ya ni qué hacer. Al final me da risa, de mí misma sobre todo... Algo he de aprender de esto (por lo pronto aprender a leer, no sería mala idea). Empiezo a quererme convencer de que algún valor sociológico ha de tener la experiencia (como hizo mi madre cuando se fue a meter a un concierto de Guns n' Roses). Observo a los otros viajeros, la mayoría de los cuales tampoco se ve tan feliz como en las otras melodías (salvo un par de excepciones que bailan igualito que la Lauris).
Continuación del camino.- Una vez superado el bache, seguimos la excursión. En una de esas, Celso Piña presenta a otra gran figura invitada: nada más y nada menos que a Eugenia León. ¡¿Oh, por fín?! ¿O sea que siempre sí se leer? (¡Qué alivio!) Interpretan una baladita que no está nada mal, pero la verdad tampoco está tan movidita como el tono generalizado del concierto. Se me antojaba que hubieran hecho una versión de La Cumbancha de Agustín Lara. Hubiera sido muy sabroso, oiga usted...
Highlights del viaje.- Partiendo de mi poco conocimiento del género de 'la cumbia acordeona' y del repertorio celsopiñeiro, la verdad es que no tengo expectativas particulares sobre las canciones del evento. Así que me llevo varias y (estas sí) muy gratas sorpresas cuando escucho y hasta puedo cantar: Hasta siempre (Comandante Che Guevara), Macondo, Aunque no sea conmigo (faltó Rita Cantalagua), y dos veces la Cumbia sobre el río. Las que cantó y tocó con Alex Lora y Benny Ibarra (que hasta vestido de hot pink se ve rete-hot) también estuvieron chidas. O sea, que en general me la pasé muy chévere en este viajecito en acordeón. Ahora sí (gracias a Andrea) ya hasta me conseguí un disco =)
Dato curioso.- Dice Celso Piña que nunca ha estado en Colombia... ¿y eso como por qué, oiga? Yo que no que creo que se necesiten grandes pretextos p'agarrar camino, no alcanzo a entender cómo alguién que ha dedicado 30 años a la música colombiana dice nunca haber pisado suelo colombiano. Aunque bueno, con la música también se viaja... Pero aún así, ¿no? ¿Y siquiera habrá probado las arepas?