Creo que últimamente he escrito aún con menos frecuencia que de costumbre. No sólo eso, sino que además, he 'publicado' más cuestiones ajenas que propias... (tampoco me puse a contar, mind you, es más bien una impresión que tengo).
Lo anterior coincide con que hoy me anda danzando en la cabeza esa canción de un Serrat mirando el techo despintado que dice (la canción dice, no el techo) "pero hoy las musas han pasa'o de mí... andarán de vacaciones"
Si bien mis debrayes no son realmente materia de la que se ocupen las (imagino) muy selectivas musas, definitivamente sí hay algo de inspiración involucrada en esto de que mis ideas, disfrazadas de palabras y peinadas con algo de desvergüenza, salgan a dar la vuelta por esta ignota pl@cita del ciberespacio.
Así que... nada... Me pregunto por qué no han venido a visitarme las ideas, los recuerdos, las imágenes, las obsesiones, figuraciones y ocurrencias ociosas, las suposiciones, las ganas de escribir...
¿Se habrán perdido en un montón de palabras gastadas? ¿Se habrán quedado colga'as en las alturas? ¿Se habrán fugado con una niña que iba en bicicleta? ¿No hacen más que rascarse la cabeza? ¿O... andarán de vacaciones?
Por cierto, a mi estómago no le iría nada mal una tacita de chocolate.
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Te contaré lo que me ocurrió; no es que sea tu caso, pero como sea te lo explico. Durante algún tiempo, también me gustaba escribir: poemas, ocurrencias, diálogos... Era un tiempo en el cual me sentía falto de ella (es una lástima que no se puedan usar itálicas en la palabra "ella"); necesitaba su olor, necesitaba su sonido, necesitaba su mirada. Y así las cosas, escribía para contarle a la soledad esas cuitas. Pero sucedió que al fin la conocí, y me casé con mi mujer, y mi corazoncito poeta dejó por un lado esa imperiosa necesidad. Ahora sólo necesito verle a los ojos para recordar lo hermoso de mi vida y, bueno, pues ya no tengo esas ganas de escribir de antes. Tal vez tu corazón viajero esté sosegado por alguna razón, y no tengas tanta necesidad de hablar con palabras. Sólo tal vez.
ResponderEliminarMauro
Queridísimo Mauro: Pues en efecto, tu caso no es como el mío, pero igualmente gracias por compartirlo conmigo. En esta instancia particular tal vez el sosiego no haya sido la causa. Tal vez sea lo contrario. Sólo tal vez.
ResponderEliminarEso de que solías escribir poemas, diálogos, etc. es algo que no sabía, pero no me cuesta ningún trabajo imaginarlo. Así que es como si de algún modo ya lo hubiera sabido. En cuanto a las ocurrencias, podría asegurar que las sigues escribiendo... En cualquier caso, saludos a tus dos 'ellas' ('ella' y 'ella síntesis')